Obra del arquitecto zaragozano Lorenzo Monclús Ramírez (que también ocupó el cargo de arquitecto municipal de Jaca), el Gran Hotel de Jaca, proyectado en 1956 e inaugurado en 1958, del que destacan los originales pilares que ascienden independientes del resto de la estructura, adelantándose a la fachada, para sujetar el gran vuelo del alero superior.
El hotel supuso un hito en la historia reciente de la ciudad, equiparable a la llegada del ferrocarril o a la instauración de la universidad de verano. Si el primero contribuyó a su auge comercial y el segundo implicó la proyección internacional de la Universidad de Zaragoza desde Jaca, el nuevo equipamiento evidenció la importancia de la ciudad como destino vacacional. Se editaron numerosas postales con imágenes del mismo, convirtiéndose en un icono más de la población.